PICO MUSALES (2.654 m)

La primera vez que oí hablar de él fue a nuestro amigo y maestro de montaña, José Luis Martínez. Siempre había tendido a acercarme a Respomuso por Aguas Limpias o por los Arríeles. Hasta que descubrimos esta nueva ruta por Ibonciecho.

 Desde entonces le tenemos un cariño especial y nos da bastante juego a este grupo de montañeros que lo solemos frecuentar: Mari Jose, Asun, Julio, Markel y quien esto os narra.

Así que el martes 23, de mañanita y con buen tiento, Julio, Asun. Markel y un servidor  nos juntábamos en el garaje para hacer esta subida.

Comienza, como muchas otras, en el embalse de la Sarra.
Allí aparcamos el coche buscando una sombra que nos esquivó. Cogimos la pista ancha que marca el camino hacia Ibonciecho. Pista que normalmente se encuentra cerrada mediante una barrera para evitar el acceso indiscriminado de vehículos a la zona.

Esta pista propicia para los amantes de la bicicleta de montaña tiene sus atajos señalados por los hitos característicos y que hacen que la subida se acorte en tiempo y distancia. Siguiendo los senderos trazados y marcados por pisadas centenarias,  en una hora y media esta pista nos conduce hasta el refugio llamado la “casa del Ingeniero”, actualmente habitado por el pastor y artista plástico Arruti (al menos así le conocemos nosotros).
Esta vez nos enseñó un par de docenas de cuadros interpretando el paisaje que desde lo alto se contempla. Es el boceto de una exposición que realizará en Madrid. Es costumbre, entre nosotros, detenernos un momento con él, echar una charladica y si se tercia un vaso de buen vino que suele tener a la fresca en la bañera donde desagua, a borbotones, la manguera negra que recoge el agua cristalina que  baja del ibón.

De allí, por un sendero jalonado de gritos y carreras de marmotas que se esconden en cuanto nos perciben, en apenas 45 minutos se alcanza el ibón del Ibonciecho.

 A mano derecha las cumbres de Infiernos, Garmo Negro, Tebarray… A izquierda Peña Foratata, Anayet… 
Detrás el valle, Sallent y Sierra Telera… El camino para el collado se cierra y se adentra en un pedregal dejando el agujero del Ibonciecho de agua azulada a mano derecha. Zigzaguea el camino buscando la parte más suave de la subida al collado. Engaña desde abajo. Parece corto y es largo. Calma y ritmo es la medida que nos impone Asun para llegar arriba.

  A mano derecha el Sanchacollons (¡a quién se le ocurriría tan grave nombre!). A la vez que subimos al collado vamos estudiando el mejor modo de acercarnos a la cima de este pico de nombre tan “despelotado”. Lo haremos otro día. Hoy la gloria es para el Musales.






Llegando al collado, donde en otro tiempo hubo una torre para subir material de obra, se abre un paisaje inmenso con el ibón Respomuso, Pico Arriel, el Palas, Balaitus… y otros más.

Si se desea continuar el paseo se puede bajar hasta Respomuso. No costará más de 45minutos, desde el punto donde nos encontramos, y hacer la vuelta por Aguas Limpias hasta la Sarra.

  Hoy el plan es distinto y no disponemos, por motivos familiares, de todo el tiempo que quisiéramos. Así que nos hacemos unas fotos y nos abrigamos.A la izquierda del collado sale un senderico, bastante aéreo, que nos conducirá a la cima. Hace un aire espantoso, lo que nos obliga, empezada la ascensión a parar, abrigarnos bien y a buscar en la subida las zonas más protegidas. 

Nada hacía presagiar que nos íbamos a encontrar con un viento tan frío y fuerte un día de sol azulado. Pero la alta montaña es lo que tiene. Y a ella hay que ir bien preparados.

Llegamos a la cumbre y depositamos nuestra piedra en señal de conquista y agradecimiento a la montaña. Unas cuantas fotos… unas veces Julio… otras Markel… otras Asun … así aparecemos todos. No nos quedamos mucho tiempo.

El viento no nos quiere dejar gozar y antes de quedarnos fríos decidimos bajar. Bajada con tiento y con mucho cuidado. No se permiten errores, Y además el viento que sopla lo hace más difícil. No hay prisa. Lo importante es llegar disfrutando. Un poco de tensión no le falta a la bajada. En ella se notan dos cosas; la veteranía segura y la juventud entusiasta. Dos estilos diferentes que en este caso encajan y ayudan.

Llegados al collado, nos liberamos de ropa a la vez que decidimos bajar a comer al Ibonciecho.














La mañana ya está hecha y es el momento de reponer fuerzas. Junto al agua fría del ibón vamos dando cuenta de la comida… Julio está dispuesto a bañarse y Asun suavemente le recuerda que ya no tiene aquellos años en los que probaba, nadando, el frescor de las aguas de cada ibón por donde pasaba.

Todo el paisaje es para nosotros, el ibón, las cumbres, la pedrera, las marmotas y el tintineo de la esquila de alguna vaca que se siente en lontananza… La paz, el silencio, el susurro del aire en el roce con el agua… Todo es grandioso y aporta sensación de felicidad…

Hay que bajar… Nos despedimos del pastor hasta la visita siguiente… Porque volver volveremos antes de que se echen las nieves y hayan bajado a las vacas…

Son las tres y media y hemos llegado a la Sarra. El coche al sol… la sombra se había fugado… Abrimos ventanillas y Julio empieza a tararear una canción… Miro por el retrovisor y aprecio en la cara de Asun y Markel una sonrisa de satisfacción.

 

A nuestro amigo José Luis que le hubiera encantado acompañarnos porque es un lugar que ama con su gran corazón montañero.

Actividad: senderismo

Distancia recorrida: 14,28 kilómetros
Altitud min: 1.391 metros, max: 2.654 metros
Desnivel acum. subiendo: 1.140 metros, bajando: 1.226 metros
Grado de dificultad: Moderado
Tiempo:   6 horas 34 minutos
Fecha:  23 Agosto 2.011
Finaliza en el punto de partida:  Sí
Coordenadas: 3118

Fotografía: Julio Jiménez y Markel de la Fuente

Corregidora e ilustradora: Asun.

Datos técnicos del GPS: Julio Jiménez.

Narrador: Eduardo