EL COLOR DEL OTOÑO.
Desde que ha llegado al calendario amanece un poco más
tarde. Es como si al otoño le gustara estar un poco más en la cama. Y, por
ello, también, se acuesta antes. Se
acurruca y remolonea, conforme según avanzan los días, por tener menos horas de
luz. El sol, también perezoso, traza una curva más aplanada como queriendo
decir que se siente un poco cansado.
Y hay días en los que ni siquiera se levanta, dejando a la niebla que envuelva al día con su capa de color gris-negro castellano.