03 mayo 2012

Travesía Circular con el pico Tres Hombres como referencia (8 de abril 2.012)

A todos los amantes de la montaña, alguna vez, les ha entrado el gusanillo de salir a pasear por la montaña nevada. El invierno, la nieve, la cumbre blanca en fondo azul de cielo claro, tiene un atractivo singular. No exento de posibles peligros, a veces inclusive, no percibidos como tales, lo que hace que el atractivo tenga su riesgo. Pero todo ello conforma, como dirían los franceses, la “couple irresistible”. Prudencia y un poco de experiencia son las herramientas básicas para disfrutar de un placer reservado a pocos “chiflados”.
El fin de semana del 8 y 9 de abril nos permitió realizar dos agradables y reconfortantes, a la vez que exigentes, paseos por las nieves, a Julio, a Asun y a este escribidor. Y esto es lo que os podemos contar.
 Habíamos decidido, la tarde anterior, acercarnos a suelo galo para realizar alguna travesía en torno al Midi d’Ossau. Pero como la persona propone y la meteorología dispone ese día no estaba para hacer equilibrios en suelo francés. Así que por indicación de Asun, nos dimos la vuelta y nos encaminamos al área de Sextas, que se encontraba vacía de esquiadores, para desde allí planificar una saludable y agradable ascensión. 
















 
 Las posibilidades y variantes que ofrece son muchas, por lo que cada cual puede elegir la ruta que le produzca mayor satisfacción en su reto montañero. De hecho no fuimos el único grupo que se calzó raquetas en el lugar. Al menos otros dos grupos de montañeros, más numerosos que nosotros, habían elegido el mismo lugar para emprender una mañana que se presentaba soleada y luminosa, pero que iba a terminar con gotas de nieve y mucho viento.














La ruta que acordamos fue la siguiente: Hacer una travesía circular con el pico Tres Hombres como referencia y altura.














Salimos del aparcamiento de Sextas cogiendo el puente y la pista que nos debería conducir al bosque. A la entrada del bosque, situado a la izquierda de la estación como bien saben todos los esquiadores, nos calzamos las raquetas porque la cantidad de nieve en el camino lo exigía.


















La sorpresa fue que en el bosque había una buena capa de nieve acumulada. La calidad de la nieve muy buena, polvo en su mayor parte. Lo que se baja deprisa y en pocos momentos cuando se esquía, cuesta subirlo cuando se anda a pie. 




















Es una subida exigente que acometimos sin prisas y sin pausas hasta la tienda india instalada para ofrecer un refrigerio a los esquiadores. 





















Hasta ese momento el sol había sido nuestro compañero de viaje haciendo que el camino se tornara en belleza juguetona entre los rayos dorados de sol  y las hayas desnudas, cuyas  sombras oscuras se agachaban a reposar en la nieve blanca e intacta de la ladera.













Desde allí enfilamos, cogiendo un poco de altura, la dirección hacia Tres Hombres. La nieve se iba ablandando por efecto de la temperatura y el caminar en ladera obliga a llevar los pies en diferentes planos, lo que no facilita el desplazamiento. Asun asume la cabecera de la marcha. 















La suerte de quien menos pesa es que menos se hunde. El viento típico de Formigal nos empieza a dar de lleno. A medida que vamos subiendo las ráfagas de viento se van acentuando. Observamos que han cerrado la silla para los esquiadores. Bailaban demasiado a un desacompasado ritmo ventoso. La subida, la nieve y, sobre todo, el viento, que nos zarandea a ráfagas, exigen un esfuerzo complementario. 



















Observamos que otro grupo de montañeros ha decidido coger la dirección hacia el Pazino. Para su suerte, esos van a tener el viento de espalda. Tenemos que tomar algo. Llevamos dos horas largas de subida y hay que reponer energías. Nos falta poco para llegar pero hoy el viento se ha despertado con mal talante y está enfadado cual  huracán.



















No tenemos lugar de refugio por lo que aprovechamos un pequeño hueco de hondonada para, agachados, reponer fuerzas. Las mochilas, apoyadas en el suelo, hay que sujetarlas bien si no queremos que se las lleve el viento. Nosotros resistimos  más mal que bien. El descanso ha sido breve pero fructífero ya que nos va a permitir llegar a nuestro destino y emprender la bajada sin estar expuestos a la fuerza del viento.
























La mañana se ha ido oscureciendo. La estación, a pesar de que es su último día, parece abandonada. Se percibe un gris de tristeza en su ambiente.  Observamos que por la zona francesa y de Espelunciecha empieza a nevar. Probablemente pronto llegara hasta nosotros la nieve, pensamos.
Dado que ya no hay esquiadores, la bajada la realizamos por la pista de entrenamiento de Tres Hombres. Hay mucha nieve en la pista, volteada y sin pisar, lo que nos favorece en el descenso. Dos personas suben, por la pista paralela, con esquís de travesía. Esos también quieren disfrutar.














Abandonamos la pista roja y nos adentramos por la azul que nos bajará de nuevo a Sextas. 
 
















Antes de llegar nos topamos con un grupo de personas que han subido a jugar con niños y trineos. Nosotros aprovechamos para abandonar la pista, saliendo a la izquierda, y coger un camino de bajada que ya no tiene nieve. Nos quitamos las raquetas y las piernas agradecen con alivio la decisión.
 Bajamos comentando las muchas posibilidades que ofrece el lugar: La magia del bosque donde las hadas has estado jugando al escondite con la luz del sol; el silencio blanco y relajante del camino que nos ha llevado al collado;  la fuerza enrabiada del viento … y el placer de haber podido disfrutar de una mañana montañera en la nieve… Llegamos al coche y empieza a nevar... Al llegar a Escarrilla, en cambio, otra vez el sol nos sonríe y reímos con él. 























DATOS TÉCNICOS: 

Distancia recorrida: 8,35 kilometros 
Altitud min: 1.492 metros, max: 2.111 metros
Desnivel acum. subiendo: 605 metros, bajando: 605 metros
Grado de dificultad:  Fácil
Tiempo:   4 horas 23 minutos
Fecha:  8 de abril 2012
Finaliza en el punto de partida (circular):   Si


Textos: Eduardo
Fotos: Asun y Julio

Saludos montañeros de Asun, Eduardo y Julio


 

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