17 noviembre 2011

POR EL VALLE DEL ANÉOU, EN LA VALLÉE d’OSSAU, BAL d’OSSAU (en aragonés): De Portalet al Pico Astún (2.283 m.).

El nombre de “El Portalet”, desde muy antiguo, ha estado ligado al pico Aneu (Anéou), inclusive a la nieve, como reza la lengua fabla al denominar el lugar como “El Portalet dera Nieu”.
Sea como fuere, el Portalet surgió como paso entre los valles de Tena y el d’Ossau, (valle de los Osos).    Algunos se atreven a afirmar que probablemente dicha denominación pudo tener su origen en la  abundancia de osos que en otros tiempos camparon por estos lares.      Espacios para las relaciones fronterizas, donde el comercio y los acuerdos, con sus desacuerdos, han estado muy presentes desde tiempos remotos.
   
De tan lejos vienen, que habría que remontarse hasta, probablemente, cerca del siglo IX, con el obispo Teodomiro y el anacoreta Pelayo. A raíz de la “historia” de ambos, que algún día, despacio, os contaré, comienza lo que todos conocemos como el “Camino de Santiago”.
Sin quitar un ápice a la importancia de otros pasos fronterizos como el “Summo Portu”  (Somport) éste, el del valle de Tena, también fue cogiendo y creciendo en relevancia.
Lo atestiguan sendos parajes que encontramos en su camino. En esta parte de la frontera, además de las casas de comercios, (las ventas) hubo un hospital de peregrinos, conocido, si no estoy equivocado como el Hospital de Secotor. Estuvo situado en lo que hoy se conoce como el “Corral de las Mulas”, a la entrada de la carretera que conduce al parking de Anayet. Cerca ya de Biescas se encuentra la ermita de Santa Elena que además del espacio religioso pudo albergar otro edificio de las características del anterior. Algo para cuidar a los peregrinos que se aventuraban por esta ruta que se abría caminos y senderos hacia el Serrablo.  
Al paso fronterizo nos dirigimos en la mañana del domingo 30 de octubre, Asun, Julio y quien esto os cuenta. Mañana clara y agradable de sol y azul intenso. Maravilloso día que llevarse a los ojos y a la piel para coger un poco de color moreno.
Aparcamos en el parking situado a la derecha según entramos en suelo francés.
Queríamos realizar una salida mañanera, sin grandes desniveles, y que tuviera su encanto. Y el circo del Anéou nos lo permitía. Entre ida y vuelta serán, a paso tranquilo, unas seis horas. Unas horas muy bien invertidas.
Del parking se cruza la carretera y por la izquierda del edificio hotel situado enfrente, se accede a un camino estrecho que sale justo de la linde fronteriza. Es una línea que se dibuja en la roca y que va a media altura. Bajamos hasta el riachuelo, lo cruzamos y prácticamente es donde empieza nuestro camino. A mano izquierda vamos dejando la Forqueta, Gralleras, Cuylaret… Sendas que se giran a la izquierda del montañero.
Nuestro camino ladea a derecha sin abandonar la ladera baja de los montes que cierran el circo por la izquierda.  El camino está marcado y nos llevará hasta el collado que se divisa al fondo.  A la derecha nos va siguiendo con su mirada adusta, pétrea y casi puntiaguda el Midi d’Ossau. No hay máquina de fotos que se resista a tanta maravilla rocosa.
Avanzamos suavemente, en subida marcada con hitos por el camino herboso y mullido, con la mirada en el collado y saludando, de soslayo, al pico. Por detrás nos sigue una persona. 
 Cuando nos encontremos descubriremos que es un francés amable y conocedor del lugar, montañero de piel curtida, con su mochila y su máquina de fotos. 

 














A la izquierda, a medida que avanzamos vamos dejando Pic de Anéou y Peña Blanca… La pendiente, aunque suave, se acentúa subiendo al collado… Allí, unos pequeños, recogidos y bien protegidos ibones dan una nota de cristalinidad a la yerba. El reflejo del cielo y la cumbre del  Midi en el agua nos invita a hacer una foto de portada de revista.
El francés ha llegado hasta nosotros, apenas se detiene y girando a la izquierda coge la senda que sube la ladera del Canal Roya, que en los  mapas franceses podéis leer Pic de Canaourouye (2.350 m).
 











Nosotros hemos decidido hacer un reposo, mientras Asun saca unos plátanos que comparte con el resto. El collado es un balcón maravilloso que alarga su brazo hacia el Peyreget a la vez que, de frente, abre el espacio del circo francés montañés.


















Subimos la Canal Roya por la senda marcada en su ladera de poca roca y mucha hierba. En la cima colocamos nuestra piedra en el mojón, testigo de nuestra subida. El francés, amable persona, intenta balbucear algo en castellano, nos invita a café, mientras fotografía la maravilla que domina.


  



De frente el Midi, a la espalda el Anayet. A la izquierda Palas, Balaitus, Infiernos, Argualas… A la derecha Axpe, Castillo de Acher, Bisaurín, Anie.. . El francés va camino del Anéou,  nosotros, de Astún.



 































De Canal Roya , siguiendo la cornisa hacia el oeste nos acercamos a otro punto señalado con un mojón, pero desconocemos su nombre. El mojón es especial. Se le ha dado la forma de pequeño volcán y en su interior han colocado un nacimiento. Falta San José. Todas las demás figuras de plástico permanecen y hasta mantienen el color de sus trajes. Nos llama la atención.
 






















Continuamos de frente y el camino se aleja un poco de la cornisa para evitar un pequeño corte. 

 Hay que bajar hacia la derecha. Cerca de nosotros aparecen unos sarrios. No son tan huidizos como los de la parte española. Mantienen la distancia, pero no dan señales de miedo o huida. Buscan su refugio entre las rocas.



El camino nos llevará hasta el collado de Astún, dejando el Pico Malacara a nuestra izquierda, sin que tan siquiera hagamos atisbo de subirlo. Vamos derechos. Al llegar al collado queda a nuestra izquierda la estación invernal de Astún. Es un circo redondo, cabeza de glaciar, donde se dibujan las telesillas y los caminos que se convertirán en pistas. Debajo queda Somport  y un poco más al fondo Candanchú. Proseguimos por la arista de la montana hasta llegar a situarnos encima del ibón de Astún o de las Truchas junto a la última cabina de una telesilla. Hemos decidido no descender.


Estamos en el pico de Astún (2.283 m.). Un poco más allá se encuentra la cima de Belonseiche (2.293). Comentamos que por hoy es bastante… Otro día iremos hasta donde quieran nuestros pies. 
Hace tiempo que se fue el mediodía, así que es buena hora para comer algo. Buscamos un lugar protegido de los vientos que entran desde España, y nos acomodamos teniendo frente a nuestros ojos la imagen del Midi.
Mientras comemos, sentados en unas rocas planas a modo de sillón campestre, vamos recordando caminos que se lanzan al valle, preparando alternativas de senderos y planes de excursión.
Repuestas las fuerzas y cobijados del aire retomamos el camino andado por la arista de la montaña. Serán unas dos horas y media de regreso hasta el coche. No se permite el menor traspiés. El viento empuja fuerte en este lugar. Ascendemos la ladera del Malacara para ganar altura y hacer que el regreso hasta el collado de Canal Roya  sea más horizontal. Un descanso y sesión de fotos en los ibones… La tarde se ha hecho presente y avanza en color otoñal impregnando el ambiente de ese color ámbar característico de las horas vespertinas de estos meses…Observamos, en nuestra quietud, que otros montañeros también descienden ya hacia el valle como nosotros.





 En hora y media estaremos otra vez en la frontera. Una familia de sarrios se sitúa enfrente… No parecen asustados, aunque tampoco se acercan hacia nosotros.  El sarrio mayor hace de vigilante intemerato, cuidando su manada. Lo tenemos muy cerca… No se espanta.


Despacio abordamos el último descenso. Suave ya, estrecho camino que se acerca a su final junto a la carretera.  No hay prisa por llegar. La tarde va cayendo pausada, sin prisa, como lo hace el agua silenciosa que discurre por los riachuelos que cruzan el circo buscando el valle francés. 

El sol mantiene todavía el día en espléndida luz y temperatura. Son las cinco de la tarde. Un último vistazo al valle antes de arrancar el coche. Buena hora para descansar.



Actividad: senderismo
Distancia recorrida: 14,9 kilómetros
Altitud min: 1.787 metros, max: 2.334 metros
Desnivel acum. subiendo: 822 metros, bajando: 819 metros
Grado de dificultad:  Fácil
Fecha:  30 de octubre de 2.010
Finaliza en el punto de partida (circular):  No

Fotos y tecnología: Julio
Arreglos y coreografía: Asun
Autor: Eduardo


En recuerdo de los amigos que seguramente algún día pisarán estas mismas sendas disfrutando de sus paisajes, de la montaña del sol y del aire. Quizás disfruten también de las nieves que cubran estos parajes, porque son muy adecuados y poco peligrosos para andar por ellos en época nival.

Eduardo. 

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