29 febrero 2020

RELATOS DE CUENTOS Y LEYENDAS EN EL PIRINEO. (II)

La leyenda de Pyrene (o de cómo nacieron los Pirineos).

Nota del autor: Antes de continuar con otras leyendas o cuentos, conviene hablar de la leyenda por antonomasia: Cómo surgieron los montes Pirineos. Cuando se comenzó a gestar esta leyenda, seguramente nada se sabía del mar que había cubierto estas tierras y del “Surco pirenaico”. Decir que estas montañas habían nacido debajo de un  mar, seguramente hubiera parecido una barbaridad cuando no una blasfemia. Pero la historia y los estudios geológicos han ido demostrando esta tesis… Algo que, en resumen, pudo ocurrir hace como unos 80 millones de años. Pero quizás las gentes del lugar, los que empezaron a crear esta leyenda necesitaban una “historia” más cercana y emotiva. Cuánto más convertir estos bellos paisajes en una historia de gran amor… y así fue y ahora os la cuento.
Eduardo de la Fuente Riaño.
 “Hace muchos, muchísimos, años… en la época de los Héroes, y cuando los descendientes de Noé se fueron esparciendo por las naciones conocidas del planeta,  las tierras que hoy ocupan los montes pirineos eran unos lugares de bosques inmensos salpicados de lagos de una belleza inimaginable, todos ellos bajo el dominio del legendario rey Túbal, quinto hijo de Jafet y nieto de Noé.




 Este tenía una hija, llamada Pyrene, de belleza extraordinaria, que hacía enloquecer a toda persona que la veía. Pyrene era la ninfa encargada de cuidar las aguas del territorio de su padre.  Un día apareció por aquellas tierras uno de los mayores héroes de la época, Hércules (Heracles) que venía a realizar uno de los trabajos al que había sido condenado  alrededor del mundo. Allí se encontraron Pyrene y Hércules y entre ellos nació un amor como antes no habían conocido ninguno de los dos.
Pero este enamoramiento o gran amor no fue del agrado del padre de Pyrene, que creía que podía peligrar su trono, por lo que el rey Túbal decidió desterrar a Hércules de su territorio esperando así romper esa relación. Hércules tuvo que abandonar el territorio pero ni él ni ella abandonaron su amor.
 Un día en que Pyrene con el corazón roto por la falta de su amado vagaba por los bosques se encontró con el monstruo Gerión. Un monstruo gigante de tres cuerpos con sus tres cabezas. Deseaba ser el rey del territorio por lo que, en primer lugar, asesinó al rey Túbal y luego fue en busca de su hija. Prendado de la belleza de la ninfa le declaró su amor, pero ésta que seguía enamorada de Hércules le rechazó. Gerión no se dio por vencido y persiguió a Pyrene que corrió a refugiarse en los frondosos bosques. Gerión herido en su orgullo dio fuego al bosque con la intención de que así haría salir a la ninfa del bosque para huir del fuego. Pero Pyrene decidió seguir adentrándose en el bosque a pesar de que la iba rodeando el fuego. Sintiendo que su fin está cercano, llora su amargura. Llora tanto que hace que sus lágrimas hagan brotar los ibones de agua azulada que hoy conocemos.

Un águila, desde su vuelo en el cielo, ha sido testigo de lo ocurrido. Se dirige a donde se encuentra Hércules y le cuenta lo sucedido. Hércules se pone rápidamente en movimiento en dirección al bosque donde se encuentra Pyrene.

 Cuando llega ya es tarde. La recoge en sus brazos, mientras le habla de su amor eterno hacia ella… y escuchando a su amado, con una sonrisa en sus labios como queriendo devolverle su amor, Pyrene fallece.


Hércules, roto por el dolor de la pérdida de su amada, la entierra y decide hacerla un majestuoso mausoleo. Es tan grande el dolor y la tristeza de Hércules que pone tanto empeño en la creación del mausoleo para su amada que éste se convirtió en unas enormes montañas de piedra que generaron la cordillera que hoy conocemos como Pirineos:“ grandiosa tumba para la ninfa más hermosa que haya existido jamás, Pyrene”. 


 Un saludo a todos los amigos y compañeros.
Texto: Eduardo de la Fuente
Fotografía y montaje: Julio


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