Formigal - Valle de Tena
Decidimos subir al Pirineo el lunes día 9, el tiempo no pintaba bien, el martes amaneció nublado con muy poca visibilidad en las pistas, y todas las cumbres agarradas (ninguna visibilidad).
¡Como se puede ver en las partes bajas hay escasez de nieve!
Decidimos subir a la urbanización de Formigal y tomar un cafelito dándonos un paseo y visitar la iglesia románica.
Aprovechamos un claro para sacar unas fotos del valle.
El Pazino a la derecha con la presa de Lanuza.
A la izquierda se ve con las nubes agarradas a las cumbres el Garmo-negro, el Argualas y los Infiernos todos de más de tres mil metros de altura.
Y encima de nosotros Peña Foratata con una leyenda popular que me parece bonita.
“Anayet y Arafita eran dos dioses Pirenaicos más
honrados y pobres del lugar, ya que habían sido despojados de todas las cosas
valiosas y bonitas: los pinares, los senderos... Eran pobres pero dichosos, ya
que tenían una hija preciosa e inteligente que se llamaba Culibilla.
Era tal su belleza, que a Culibilla la pretendían
todos los Dioses Pirenaicos, pero a ella no le interesaba ninguno y los
rechazaba a todos. Le gustaba jugar con unas hormigas blancas que trabajan
incansables en el Valle. Era tan numerosa la cantidad de hormigas, que
Culibillas bautizó este lugar como El Formigal.
Pero un día el gran dios Balaitous, el más poderoso de
todos, se fijó en ella. Balaitous era muy temido, cuando se ponía furioso
provocaba tormentas que azotaban los montes. A Culibilla tampoco le
interesaba este temido y malvado dios, e ignoró su ofrecimiento. Pero
Balaitous, que nunca había sido rechazado, montó en cólera y decidió ir a
buscar a Culibilla. Cuando acudió a raptarla y llevársela para siempre,
Culibilla grito -¡a mí todas las hormigas!- y millones de hormigas blancas
acudieron en su ayuda y la cubrieron por completo para protegerla. Balaitous
huyó horrorizado y nunca más volvió a acercarse a Culibilla.
Como agradecimiento a las hormigas, Culibilla se clavó
una daga en el pecho para guardar dentro de su corazón todas las hormigas que
le ayudaron. Ahora, la Peña Foratata es su pecho y cuentan los habitantes del
lugar que cuando pasean por el Valle y se acercan a la Peña, se oyen los
latidos del corazón de Culibillas. Cuentan que desde entonces ya no se ven más
hormigas blancas en el Valle."
Leyenda sacada: http://sallentdegallego.blogspot.com.es/2014/03/la-leyenda-de-la-peña-foratata
Asun, Julio
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