11 enero 2017

Formigal - Valle de Tena

Decidimos subir al Pirineo el lunes día 9, el tiempo no pintaba bien, el martes amaneció nublado con muy poca visibilidad en las pistas, y todas las cumbres agarradas (ninguna visibilidad).
Decidimos darnos un paseo y sacar algunas fotos de la estación y el valle.
 

Como se comprueba la estación tiene poca nieve la que hay es la creada por los cañones.























¡Como se puede ver en las partes bajas hay escasez de nieve!
Decidimos subir a la urbanización de Formigal y tomar un cafelito dándonos un paseo y visitar la iglesia románica.






Aprovechamos un claro para sacar unas fotos del valle.
 






 

El Pazino a la derecha con la presa de Lanuza.

El Tendeñera al fondo del valle con la estación de esquí de Panticosa.
A la izquierda se ve con las nubes agarradas a las cumbres el Garmo-negro, el Argualas y los Infiernos todos de más de tres mil metros de altura.










 


















Y encima de nosotros Peña Foratata con una leyenda popular que me parece bonita.




“Anayet y Arafita eran dos dioses Pirenaicos más honrados y pobres del lugar, ya que habían sido despojados de todas las cosas valiosas y bonitas: los pinares, los senderos... Eran pobres pero dichosos, ya que tenían una hija preciosa e inteligente que se llamaba Culibilla. 

Era tal su belleza, que a Culibilla la pretendían todos los Dioses Pirenaicos, pero a ella no le interesaba ninguno y los rechazaba a todos. Le gustaba jugar con unas hormigas blancas que trabajan incansables en el Valle. Era tan numerosa la cantidad de hormigas, que Culibillas bautizó este lugar como El Formigal.

Pero un día el gran dios Balaitous, el más poderoso de todos, se fijó en ella. Balaitous era muy temido, cuando se ponía furioso provocaba tormentas que azotaban los montes. A Culibilla tampoco le interesaba este temido y malvado dios, e  ignoró su ofrecimiento. Pero Balaitous, que nunca había sido rechazado, montó en cólera y decidió ir a buscar a Culibilla. Cuando acudió a raptarla y llevársela para siempre, Culibilla grito -¡a mí todas las hormigas!- y millones de hormigas blancas acudieron en su ayuda y la cubrieron por completo para protegerla. Balaitous huyó horrorizado y nunca más volvió a acercarse a Culibilla.
 
Como agradecimiento a las hormigas, Culibilla se clavó una daga en el pecho para guardar dentro de su corazón todas las hormigas que le ayudaron. Ahora, la Peña Foratata es su pecho y cuentan los habitantes del lugar que cuando pasean por el Valle y se acercan a la Peña, se oyen los latidos del corazón de Culibillas. Cuentan que desde entonces ya no se ven más hormigas blancas en el Valle."
   Leyenda sacada:  http://sallentdegallego.blogspot.com.es/2014/03/la-leyenda-de-la-peña-foratata 

Un abrazo hasta la próxima.
Asun, Julio

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